Bienvenidos/as al espacio donde comparto el que quizá sea mi mayor talento: escritora, relatora, orientadora emocional y facilitadora de formación para el abordaje del conflicto de pareja. Confieso que decidí dedicarme a esto porque la vida me puso, hace años, en la tesitura de comprenderlo o morir (física o psicológicamente), porque entendí el mensaje con una claridad meridiana y porque, sin duda, la humanidad puede hacerlo mejor en su afán por remitir la cantidad de desgracias que este fenómeno genera. Y si puedo ofrecer algo valioso por ese fin, ¿cómo no hacerlo?
Fue en el año 2001 cuando inicié una relación a 2500 km. de mi casa, con un hombre celoso patológico agresivo. Tenía 21 años, era mi primera pareja "oficial" y cuando me fui a vivir con él, sabía que era un maltratador, pues él mismo me lo había confesado en su autobiografía. Sin embargo, eso no impidió que me enamorase de su "lado bueno". La relación, que duró cerca de 10 meses, era todo un experimento terapéutico suicida para tratar de rescatar al hombre sano que convivía con el monstruo en la misma cabeza. Mis libros "El machismo no es el problema" y "Celos, enojo y pareja", así como la Asociación VISC, son el resultado material de aquella tortuosa y extrema experiencia. Vivencia que, no obstante, me dio la seguridad que requiere transmitir el aprendizaje que obtuve para lidiar con tan incomprendido y sensible fenómeno.
Nuestra naturaleza es un TODO (holos) complejo con varias dimensiones interrelacionadas. Somos muchos quienes experimentamos lo que ya cuenta la física de vanguardia, que somos creadores de nuestra realidad y por tanto, que las cosas no nos pasan por buena o mala suerte, sino porque las atraemos con nuestros pensamientos, palabras y emociones, desde ese TODO vibrante que somos. Las enfermedades ya no son, pues, un cúmulo de síntomas accidentales y huérfanos. Son, como dijo C.S. Jung, "el esfuerzo que hace la naturaleza para curar al hombre". ¿De qué? De anomalías emocionales insostenibles. Son las señales de alerta visibles que indican la presencia de un conflicto emocional invisible, porque todo está conectado. El maltrato de pareja es también consecuencia de potentes conflictos internos individuales asociados a nuestro pasado que debemos resolver como paso previo a la sanación de las relaciones.
Si observamos los resultados de las incontables medidas y herramientas implementadas por los estados para combatir la violencia en la pareja en el mundo, quedamos con la amarga sensación de que ha sido todo inútil y que no veremos el fin de esta lacra. Sin embargo, el principal problema radica en una simple confusión entre conceptos: la violencia de género es distinta a la violencia de pareja. La primera parte de un problema "ideológico" y la segunda deriva de un problema "psicológico". Por tanto, no se pueden erradicar dos fenómenos tan distintos con las mismas estrategias. Desde aquí propongo una tesis que explica las causas del origen de la personalidad maltratadora, técnicas para prevenirla y orientaciones para abordarla terapéuticamente. Abordando, pues, cada fenómeno con las herramientas adecuadas, podemos ser mucho más optimistas.
Porque existen parejas de todo tipo y porque observamos en los afectados anomalías emocionales vinculadas a los celos y la venganza patológica, debemos abrir la investigación hacia un enfoque integral que se ocupe de todas las personas, ya que tales disfunciones pueden presentarse en cualquier ser humano con independencia de su género. En los países donde más se trabaja por la igualdad, no se reducen los feminicidos, por tanto, nos está faltando una pata en esta mesa, un factor en esta fórmula. Tampoco podemos seguir enviando a los jóvenes el ambiguo mensaje de que la violencia sólo es condenable cuando la ejerce un género contra el otro, pues todos sabemos que existe en ambas direcciones, ya que ninguno tiene el monopolio de la maldad o la bondad. Mi propuesta se enfoca en descubrir los factores educativos y emocionales comunes a las personas implicadas en relaciones violentas y desde ahí, trabajar en la prevención y en la recuperación.
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